Envelhecer na capoeira: el arte de reinventarse
Na capoeira, até que amadureçamos, somos estimulados e valorizados por uma performance técnica, ligada eternamente à juventude física. Conduzidos pela máxima de que “minha capoeira será o que meu corpo puder produzir”. Eis que vem o ciclo natural da vida e nos apresenta o questionamento através do envelhecimento. O que fazer? Como sustentar minha capoeira negociando com as novas etapas que se apresentam? Se reinventando e seguindo firme com ela até o apagar das luzes, ou lutando contra essa nova fase que insiste em chegar? Neste texto trataremos um pouco sobre as reflexões anunciadas nesta etapa da vida de um capoeirista.
Pra começar, quero dizer que estamos – mestra Brisa e mestre Jean Pangolin, na década dos 40 anos caminhando para nosso cinqüentenário, e que, assim sendo, falaremos da experiência accumulada até aqui. Do ápice da técnica potência, em nossos primiiros 10 anos de Practice da capoeira, até agora, o que vimos foram muchas fases de nuestra corporeidade. De la gran crença que “soy o que mi cuerpo puede ejecutar” realizada en el arreglo de 3 a 5 horas de entrenamiento por día, con infinitas repeticiones de movimiento de golpes, contragolpes, defensas y flores, incluso incansáveis viaja en busca de ampliar las relaciones y las sucursales de nuestra institución, yendo de una vara y entrando por fuera, con todo nuestro tiempo destinado a aulas, gimnasios, puentes aéreos y producción de eventos más de dos semanas de programación. Vixe! Chega da falta de ar só de falar. Parece que a veces todo va junto, y en constante repetición fue que fuimos reconocidos como representantes de la capoeira.
Cómo pasan dos años, sobretudo nesta última década, algo diferente começou a nos inquietar. Primero mi cuerpo que paso a escuchar prazer con outras realizações en capoeira. O anonimato, por ejemplo, numa roda de capoeira, era o que mais seduzia. Poder tocar sin la obligación de quien administra la vara, sin ninguém fizesse “mil e uma” conjeturas a meu respeito, dándome la oportunidad de tocar livre siguiendo las tres filas que sinalizava o saudoso amigo y maestro Decânio – Ritmo, Ritual e Rechazado.
Mi cuerpo no admite mi carga y forma de entrenamiento, exhaustivo y repetitivo de antes. Precisó experimentar nuevas formas de hacer capoeira minha como los maestros que “deram certo” no passado. Brincamos así como los objetivos del treino, descobrindo otras formas de alcanzar nuevas metas. Maíz balanço, menos fuerza. Mais negaça, menos objetividade. Más “jiká”, menos rigidez. Mais beleza, “forma sin forma” como bem lembra o Mestre Moraes. Nunca le pediremos a nuestro cuerpo solo servir capoeira, ahora nos permitimos dar capoeira a nuestro servicio.
Pero también pasamos mucha negatividad y baja productividad en la capoeira aprovechando la participación en algunos espacios. É que antes pensábamos “onde houver capoeira, eu tenho que estar”. Así como el tiempo y la madurez nos pasen para percibir que en todos los lugares que usted diga promoverá la capoeira, estará presente. Pra ser capoeira es necesario para garantizar un juego ritualista, o celo con los instrumentos, como cantigas fundamentadas, o respeto por el origen ancestral, una belleza en el juego que dialoga y no solo quer definir, y, finalmente, decirlo con las culturas populares. Cuando participamos en actividades que no buscamos por estos elementos, nos estamos compactando con la posibilidad de algo llamado capoeira. Nananinanao!
Recientemente asistimos a la actuación de una dupla que tuvo mucho éxito, Pepeu Gomes y Baby do Brasil. Eles estavam homenageando seus 70 anos recém completodos. Varias ideas comenzarán a partir de esa presentación. Ver dos artistas, famosos, si se permite envelhecer y ser ao mesmo tempo. Todo o cuidado do desenho do show para respeitar estes dois ícones da musica popular brasileira. Fantástico. Podemos ver cómo hacemos, maestros de capoeira, vivir – llenos y adaptados, esta nueva etapa de la vida.
Lembro-me de estar grávida de meu segundo filho, Théo, e poder jogar con mestre João Pequeno de Pastinha aos 89 anos. Naquele jogo que se dava, para o mestre, muito mais no campo mental que corporal, own finger, quantos “vacilos” dei, quantas “quedas” ele me aplicou. Fue toda una experiencia en capoeira jugando ali comigo. Y aunque el cuerpo no respondiera, la intención era explícita en mi oído. Me quedé sin aliento y ahora ella realmente me hace ensinar.
Si miramos con atención, percibiremos los senos por los que caminamos en el “contramão” de envolvimiento, entonces sentiremos una sensación de “extranjería”, una especie de “no disfrutar de la cena en la capoeira”. Muchas veces el resultado de la incompatibilidad de nuestro ejercicio de capoeira con una etapa de la vida en la que nos encontramos, por lo tanto, debemos tener cuidado de no confundir “alhos con bugalhos”, ou seja, el problema no es eso en la capoeira, sino que a veces la “forma ” intentamos vivencia-la, sendo necessário um rompimento con un síndrome de Peter Pan (personas que se niegan a envelhecer físicamente) y o entendimento de que a roda não puede ser confundida con a “terra do nunca” (lugar mítico donde las personas no envoltorio).
En Bahia I deu “régua e compasso” e alguns dos antigos me ensinam cotidianamente a fazer o “desenho” das belezas da maturidade, isso confirmo, reafirmo e te digo – Envelhecer na capoeira é a arte of se reinventar.
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Por: Mestra Brisa y Mestre Jean Pangolin