Viva da Bozó Preto

VIVE EN BOZÓ PRETO

Por: Mestre Jean Pangolin

Hola hola hola
guarda este juego en el aire
Salva a este pobre chico que llegó a dudar de la capoeira
Mestre Bozó Preto

Todavía asombrado por el paso de mi amigo Bozó Preto al plano espiritual, me gustaría hacer algunas reflexiones sobre los “encuentros” que me ha dado la vida con esta mítica figura del arte de la capoeira.

Desde que me considero capoeira, Mestre Bozó siempre ha sido una figura emblemática aquí en la ciudad de Salvador, una especie de “verdadero mito” de la roda en lavados, en particular, la fiesta de Yemanja, en Rio Vermelho, por su cercanía a el barrio Nordeste de Amaralina, figurado con una “ampliación de la casa en Mestre”, que ha tenido su historia ligada a este lugar. Así, a pesar del vínculo con la Lucha Regional de Bahía y toda la tradición de la herencia de Bimba, Mestre ha extrapolado el escenario del “encuadre riguroso”, signo de la gran mayoría de los discípulos de Bimba, expresando una forma sumamente peculiar de ser capoeira en cantando, tocando, y sobre todo tocando, porque nunca he conocido a un berimbau tan excelente como él.

Siempre irreverente, Mestre Bozó llevaba el estereotipo del “buen baiano”, un tramposo, peligroso en el juego, pero siempre capaz de entrar y salir de las situaciones más insólitas, fingiendo caer, cuando en realidad tropezaba con mucha gente. . Recuerdo cuando, una vez, en un evento en Boca do Rio, en el antiguo molino, tomó el micrófono y dijo … “Dejo la capoeira” ……. Y todos en la sala estaban asombrados, porque si el gran Bozó Preto se detuviera, ¿cómo sería para nosotros?…. En otras palabras, dada su grandeza cultural, ¿cuál de nosotros podría seguir siguiendo? rsrsrsrsrsrs… .. El hecho concreto fue que días después, en el lavado del Río Rojo, ahí estaba, con Ogum al frente y Exu abriendo caminos… .. Vixe… !!! Pronto pensé, trató de dejar la capoeira, pero la capoeira no lo dejó … ¿Alguna vez tendré el honor del arte de la capoeira al quererme así?

Unos años más tarde, Mestre se convirtió en mi vecino, ya que se fue a vivir a Boca do Rio, y era inevitable perderlo, con relativa frecuencia, en los distintos círculos del distrito, hecho que estrechó nuestros lazos principalmente, y algunos tiempo después, por mi cercanía con Mestra Brisa, su discípula, que había venido a acompañarme en la capoeira y en la vida, me dio la oportunidad de llamarlo AMIGO, que es otro dato curioso de Bozó, ya que, en la mayoría de los casos, los maestros Al ver a sus discípulos como “propiedad privada”, la migración al amparo de otro maestro es una forma de “traición” de un vínculo imaginario de poder, pero este era Bozó Preto, una figura que no encajaba en los moldes de lo “común”.

Siempre que lo encontraba me llamaba a la charanga y me pedía que lo acompañara a ser el “chivo”, y cuando necesitaba dejar el berimbau me pedía que lo reemplazara, insistiendo en decir … “Jean, tú no son regionales, pero juegan bien ”… .. Estaba enojado con la“ derecha ”… .rsrsrsrsrsr…. Pero hoy reconozco el gran honor de este “derecho” … .. ¡¡¡Gratitud !!!

Una vez, en un taller en Europa, una vez finalizada la actividad, Bozó se volvió hacia mí y me preguntó… ¿Qué te ha parecido? Me sentí en nuestra tierra, porque desde allí has ​​reproducido fielmente el Axé…. Sonrió y dijo… “Aquí estás con discursos académicos, porque hice lo que siempre hago”…. De hecho, Bozó había presentado en ese momento una de las estrategias metodológicas más fantásticas que jamás había visto para la enseñanza del berimbau, ya que mezclaba el sonido producido por la boca, oralizando notas musicales que luego serían reproducidas tocando el berimbau, en definitiva, fue la genialidad del saber ancestral expresión popular expresada en la sencillez de la compleja realización de la capoeira, que es capaz de doblar los más altos grados de la ciencia pedagógica del planeta.

Entre el umbral del “mito” y el hombre, aun con todas las imperfecciones de la naturaleza humana, el legado de Bozó Preto “grita” desde los cuatro vientos la naturaleza bahiana de nuestra capoeira, con la técnica de una “forma informe”, con un belicosidad efectiva a través de la improvisación, y con la legitimidad de una maestría construida en el “hacer” con manos encallecidas por quienes “las ponen en el piso de la rueda” y por la empuñadura del instrumento de liberación, BERIMBAU.

Finalmente, creo que el hombre que fue enterrado con todos los honores de la capoeira fue el Sr. Carlos Alberto da Conceição, porque mi amigo, el Mestre Bozó, sigue vivo en mí y en todos los que puedan tener el honor de compartir sus conocimientos. . Entonces, llamo a todos juntos para darle a BOZÓ BLACK un ¡Hurra!

EJE.:

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