Larbi Benboudaoud de Francia tiene un legado increíble, dentro y fuera de la lona.
Muchos conocerán a Larbi como un judoka increíblemente exitoso para Francia, recolectando numerosas medallas notables, incluido un título mundial en 1999 y una plata olímpica en Sydney 2000. Su éxito continental alcanzó su punto máximo en 1998 y 1999 cuando se convirtió en campeón de Europa. Después de sus éxitos personales, pasó al puesto de entrenador y trabajó con atletas talentosas, creando un formidable equipo femenino. Lucie Decosse, Clarisse Agbegnenou y Madeleine Malonga son solo algunos ejemplos de su capacidad para criar campeonas olímpicas y mundiales.
Así que no es de extrañar que haya sido galardonado con el premio EJU Best European Women’s Coach 2019 y 2020. Es difícil argumentar ya que las mujeres francesas están en una liga propia, con cuatro judokas ocupando el primer lugar en la WRL. Cuando le pregunta a Larbi cómo se convirtieron en una fortaleza tan impenetrable, claramente dice:
Es el poder del grupo.
Para mí, la fuerza del grupo es muy importante. Tenemos un equipo joven, dinámico y tenemos deportistas confirmados. Cuando llegan los chicos, lucen lo mejor posible y dicen “es posible”. Siempre hay una transmisión entre jóvenes y mayores para ir a conseguir medallas, es importante.
Como finalista olímpico, campeón mundial y europeo, tiene experiencia más que suficiente para reflexionar y transmitir su sabiduría a los atletas actuales de clase mundial.
Podemos decir que mi experiencia como deportista, hoy la pongo al servicio de los deportistas que entreno, porque sé lo que significa prepararse para un Mundial o unos Juegos Olímpicos, trato de transmitir a los deportistas lo que he hecho. , para que ellos también puedan manejar esta presión. Aunque sea una época diferente, un Mundial o las Olimpiadas, hace 20 años o hoy es lo mismo, y tratamos de acompañarlos para que no sufran demasiado de esta presión y preparen bien las condiciones para ser tan eficientes. como sea posible.
Pronto será el momento de que Larbi deje la presidencia de entrenadores y asuma el nuevo rol de Director de Alto Rendimiento, supervisando tanto los equipos femeninos como masculinos, donde operará principalmente en la gestión del equipo francés. Es el final de una era tanto para Larbi como para el judoka que entrenaba, creando un espacio para un nuevo desarrollo. Obviamente, está ansioso por su nuevo puesto, pero como con cada paso, le preguntamos si esta será una transición emocional para él.
Sí claro que es normal, he vivido y vivido mucho como entrenador, pero como dije antes es importante para nosotros poder transmitirles “el espíritu ganador”, debemos hacer lo mismo con los entrenadores, entrenadores, necesitamos un nuevo Benboudaoud, hombre o mujer porque hoy mi brazo derecho e izquierdo son dos mujeres, Lucie Decosse y Séverine Vandenhende, ¡dos grandes campeonas olímpicas! Así que espero que continúe.
No cabe duda de que el equipo femenino seguirá triunfando con caras nuevas como Shirine Boukli y el regreso de Romane Dicko. Quizás este movimiento sea beneficioso para el equipo masculino, así como para el potencial olímpico con jugadores como Luka Mkheidze. Le deseamos mucha suerte a Larbi en su nuevo rol y en el equipo francés.
Autor: Thea Cowen
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